Aquel día el pirata de la espesura, el azor...apareció ante nosotros por fin.
Metidos en el hide, asfixiandonos de calor, y quedandonos hasta dormidos...apareció por fin el macho de azor, sin avisar se colocó en la rama. Menos mal que abrí un ojo y eché un vistazo para ver la rama y allí estaba. Es increible tenerlo delante, saber que está ahí mirandote... Avisé a Jose(que estaba casi frito jajaja) y esperamos a que el bicho se confiara. Entonces se puso a comer los trozos de pollo y ya pudimos enfocarle.
Es increible la fuerza que tiene, esos ojos y lo listo que es. La primera vez que lo veía, la primera experiencia, y aunque fue corta porque estuvo poco tiempo, fue de lo mejor que me ha pasado desde que llevo haciendo fotos a estos bichos.
Después de arrancar el trozo de pollo de la rama(tiene una fuerza acoj****) salió volando y se perdió en el bosque y no volvió a entrar. Aún así estuvimos vigilando y confiamos en que hiciese otra entrada pero no quiso. No creo que sea verdad pero incluso me planteo que si estas atento y vigilando, el azor no entra. Tan solo entra cuando nadie le mira....
Fue una experiencia increible, gracias a Eduardo desde aquí y a Jose.
Ya me direis que os parecen las fotos.