viernes, 28 de noviembre de 2014

Tras el rastro de las monteses


Sin duda la mejor época para ver y fotografiar los machos monteses es Noviembre. Es su mes, el mes en el que se dejan ver más, el mes en el que uno puede acercarse a ellas más fácilmente y ni siquiera se enteran, ellas (o ellos) están a lo suyo; en la tarea de perseguir a las hembras y establecer quien es el mejor.
Realmente no es tarea fácil fotografiar esta especie, pues supone mucho esfuerzo, caminatas, subidas y bajadas, cargando el equipo con el peligro que ello conlleva, saltar por rocas y en definitiva moverte por su hábitat, al que ellas están adaptadas pero nosotros no. Por eso, cuando lo consigues, cuando al fin las tienes delante, piensas que ha merecido la pena todo el esfuerzo, y que lo volverías a hacer todos los días.

Pasamos una jornada muy entretenida entre un rebaño de numerosos machos que dio mucho juego a la hora de fotografiarlos, eso si, teniendo cuidado del terreno y de guardar distancias para evitar molestias; a pesar de que se muestran muy tranquilas y la presencia humana casi ni les importa después de un buen rato de acercamiento con paciencia y tratando de no asustarlas con movimientos bruscos. Esperemos que se las siga respetando y si sigue así la cosa será buena señal.

Os dejo unas fotos de la sesión. Próximamente tocará intentarlo con nieve. 

Localizando el grupo a lo lejos









Más del cómo se hizo:



3 comentarios:

  1. Cuanta razón llevas Victor, mi última sesión fue a 2000 mts de altura y una subidita de algo más de 3 horas, pero el esfuerzo merece la pena. Una sesión memorable la que te diste y un resultado magnifico, como es costumbre en ti. Te felicito.
    Un saludo majete.

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    1. Gracias Dani, tú bien conoces a esta especie, y las alegrías que da cuando consigues llegar a ellas.
      Un saludo y gracias por pasar por aquí.

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  2. Sin lugar a dudas noviembre es el mes más interesante para ver y fotografiar a los grandes machos monteses. Tienen más actividad y su comportamiento es variado.. El resto del año es una lotería encontrarlos por las altas montañas... Parece que se los ha tragado el matorral de piornos o los pinares. Enhorabuena por las fotografía y por el artículo. Un saludo.

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