Septiembre es el mes del paso migratorio pero sin embargo, cada año es diferente. En esta época hay que estar más pendiente que nunca de nuestras playas, marismas o lagunas, para poder encontrarse con estos pequeños viajeros: las limícolas. Como digo, cada año es distinto y no siempre se dejan ver en el mismo número o en las mismas fechas. Puede que las temperaturas (muy por encima de la media), la escasez de lluvias otoñales o de temporales haya provocado que este año el paso migratorio de limícolas haya sido más escaso de lo normal. O al menos esa ha sido mi sensación.
No obstante, con paciencia y determinación, he podido fotografiar algunas especies que no tenía como el chorlito gris (Pluvialis squatarola) y el correlimos gordo (Calidris canutus), además de vuelvepiedras (Arenaria interpes); estos últimos junto a mi amigo Egoitz Ikaza. Pasamos muy buen rato y se mostraron muy confiados, lo cual facilita mucho el acercamiento y la composición de las fotos.
Sin más, os dejo una serie de este 'escaso' paso postnupcial y un 'making-off' del vuelvepiedras en su roca. ¡Espero que os gusten!