Este otoño también hemos estado por el Norte fotografiando la berrea. La experiencia del año pasado fue tan única que no hemos podido evitar volver para tratar de mejorar las fotos y sobre todo para volver a vivir esos momentos, esos amaneceres, esa niebla y principalmente ese sonido que nace del bosque.
En esta ocasión ya conocíamos el terreno, las costumbres de los ciervos, las mejores zonas y las fotos que buscábamos. Yo siempre digo lo mismo y este último punto es muy importante, saber cómo quieres hacer tus fotos es básico cuando haces un viaje, así como conocer el terreno en el que nos movemos.
Tuvimos luces y meteorología de todo tipo: lluvia, sol, niebla y nublado; lo cual está muy bien pues puedes sacar mucho provecho de estas situaciones y puedes variar en luces y composiciones.
La novedad de este año de berrea fueron los gamos que estaban muy activos y les dedicamos bastante tiempo. Además el cielo y la niebla acompañó. A pesar de ser primeros de octubre ya había algún gamo roncando.
Uno de los días amaneció con mucha niebla y despejado, perfecto para este tipo de imágenes en la bruma.
Buscando componer con los helechos y los árboles, con poca luz.
Al final nos volvimos con muchas tarjetas de memoria llenas así que he tenido que hacer una pequeña selección de las imágenes que más me gustan.
A ver qué os parecen; cualquier cosa podéis dejar un comentario que siempre son bienvenidos.
